Interior del Santuario de Nuestra Señora de la Aliaga
En su composición encontramos una nave central y dos colaterales de la misma altura; dichas naves están divididas hasta el crucero en otras tres transversales. El crucero o transepto es otra nave de la misma anchura y altura. Continuando el crucero la nave central se prolonga un tramo más, dando lugar a un ábside rectangular.
Interior. Visto desde el coro elevado
La nave central se cubre con bóveda de arista, y las laterales con bóveda de medio cañón y lunetos. En el crucero se alza una cúpula rebajada y ciega que pasa de la planta cuadrada a la circular por medio de pechinas.
Interior. Visto desde el Camarín de la Virgen
En alzado, las tres naves del templo se hallan separadas entre sí por medio de pilares de sección cuadrangular, seis en total. Pilares que reciben el peso de las bóvedas a través de los arcos fajones. Un bosque de pilares y arcos.
Interior. Nave lateral
Todas las paredes y bóvedas están enlucidas con una capa de yeso. Después del enlucido el templo fue pintado al temple en el año 1963. Los resaltes apilastrados y el intradós de los arcos fajones están pintados de color gris claro. Los capiteles y los lienzos de las bóvedas son de color blanco. El entablamento es de color gris oscuro. Las paredes del templo son de color ocre.
Interior. Nave central
El templo tiene diez ventanas rectangulares y dos pequeños oculos en la pared de los pies. Aparecen orladas por una moldura mixtilinea, haciendo juego con toda la decoración que se dispone alrededor del templo.
Interior. Crucero
El pavimento colocado en 1920 por iniciativa de Santiago Guallar y con la colaboración de los pueblos que componen la Cofradía de la Virgen de la Aliaga es de baldosa hidráulica.
Capitel
Las pilastras están coronadas por tallados y barrocos capiteles pertenecientes al orden compuesto. Estos capiteles vienen ornamentados con motivos vegetales de hojas de acanto, una fila de ovas y perlas, dos grandes volutas, y una rosa.