miércoles, 17 de julio de 2013

Leyendas de la Virgen de la Aliaga (II)

La leyenda del cautivo de Muniesa.
Una historia que trata del arca, el moro, el cautivo y la Virgen.

Un vecino de Muniesa se encontraba preso en Argel con grilletes y una cadena al cuello. Mortificado a diario, en la víspera de la fiesta de su patrona, Nuestra Señora de la Aliaga, le pidió fervorosamente que le concediera la libertad. Su dueño, el moro de Argel, sospechando que deseaba escapar le hizó dormir dentro de un arca cerrada con cadenas y se acostó sobre el arca, durmiéndose. Aquella noche, la Virgen transportó a cautivo y moro a la puerta del Santuario. El infiel se convirtió y vivió con la familia del cristiano.

Arca del Moro con las cadenas

Esta historia se representó en uno de los relieves del retablo Mayor  y en la estatua de piedra que había en la hornacina de la fachada del Santuario de Nuestra Señora de la Aliaga. Destruidos en la Guerra Civil, solamente se conserva un fragmento de la escultura de la fachada (depositado en la Casa del Santero).







Hornacina donde estaba la escultura de la Virgen, el arca y el Moro. Fachada del Santuario de Nuestra Señora de la Aliaga. Cortes de Aragón.





Los milagros de cautivos fueron muy abundantes en España. El cautiverio es una consecuencia de las diferencias entre cristianos y musulmanes, presentado como un infierno, un lugar de perdición del cuerpo, por las torturas y trabajos a los que son sometidos, y del alma. La vida y el rescate de los cautivos cristianos en el norte de Africa es un fenómeno mal conocido. El apresamiento de cautivos se producía  durante la realización de viajes marítimos, en la guerra o por incursiones piratas en la costa -corso berberisco-. De ese conflicto entre musulmanes y cristianos surgirá el fenómeno de la redención de cautivos, caracterizado como Obra pía, y llevado a cabo por órdenes religiosas: Trinitarios y Mercedarios.

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